
Abre los ojos y comprende que la Organización perdería su poder y su influencia si tolerara, por un solo momento, que nuestras bombas aniquilaran niños.
Stepan:
No tengo bastante corazón para esas tonterías. El día en que nos decidamos a olvidar a los niños, seremos los amos del mundo y la revolución triunfará.
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